Havisolo

Nada de adiós muchachos…

Semana del maestro Sabina en Madrid, el jueves será mi quinto encuentro con el en concierto, ojalá no sea la última y si lo es, la disfrutaremos al máximo.

Lo primero que quise fue marcharme bien lejos;
En el álbum de cromos de la resignación
Pegábamos los niños que odiaban los espejos
Guantes de Rita Hayworth, calles de Nueva York
Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida
Le pedí­ que a su antojo dispusiera de mí­,
Ella me dio las llaves de la ciudad prohibida
Yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo dí­
Así­ crecí­ volando y volé tan deprisa
Que hasta mi propia sombra de vista me perdió,
Para borrar mis huellas destrocé mi camisa,
Confundí­ con estrellas las luces de neón
Hice trampas al póker, defraudé a mis amigos,
Sobre el banco de un parque dormí­ como un lirón;
Por decir lo que pienso sin pensar lo que digo
Más de un beso me dieron (y más de un bofetón)
Lo que sé del olvido lo aprendí­ de la luna,
Lo que sé del pecado lo tuve que buscar
Como un ladrón debajo de la falda de alguna
De cuyo nombre ahora no me quiero acordar
Así­ que, de momento, nada de adiós muchachos,
Me duermo en los entierros de mi generación;
Cada noche me invento, todaví­a me emborracho;
Tan joven y tan viejo, like a rolling stone

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