Hoy ha sido el día de la publicación del regreso de Revólver, » Adictos a la euforia « es el regreso a los discos de estudio desde » Capitol «, allá por 2017, si no me equivoco es el periodo más largo sin disco de estudio de Carlos Goñi, pero por fin se acabó la espera y ya lo tenemos aquí.
Hablaré del disco más a fondo, he podido hacer unas escuchas, pero aún me tiene que llegar la edición física y, manías mías, me gusta escuchar en Cd antes de dar una opinión.
» Adictos a la euforia « consta de 9 canciones, una de ellas una versión de Robert Palmer, pero no os preocupeis por la duración, 45 minutos en total, hay varias de esas canciones que Carlos Goñi denomina canciones rio.
Y en este primer encuentro me ha destacado y para muy bien la canción protagonista de esta entrada.
» El anillo de boda « es puro Revólver, simplemente no se puede decir más, un rock marca de la casa mirando a los 70, con un sonido deudor de Springsteen y con un estilo en la escritura que apareció ya en » Capitol «. Este estilo al que me refiero es la inclusión de profesiones, marcas, productos, aquí aparecen Cash Converters, Mercadona, Streamers, Twitter, Youtubers, Mon Cheri, Rodilla, Titanic…una amalgama de conceptos que adornan una canción que tiene una frase clave para mí:
» Lo peor no es acabar, lo peor es no empezar por si se acaba «
Pero la canción está llena de grandes frases, la letra me parece estupenda y es una canción larga, casi 7 minutos, con partes instrumentales soberbias con los teclados como protagonistas, un delicioso solo de armónica, esos coros de su épica parte final y cuando parece que ya ha terminado, esos fantásticos 20 segundos a piano con la melodía de la canción.
» La vida no muere ni mata, lo que mata la vida es el sobrevivir «
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