Todo acabó deprisa, se congeló la brisa.
Fueron dos palabras,
Fueron dos palabras.
No dijo nada extraño,
No quiso hacerme daño,
Pero el miedo pesa, más que la razón.
Y yo, que soy un perro que no tiene dueño,
Me escapé, corrí como un niño pequeño,
Recordé que a veces el mundo va en serio.
Fueron dos palabras,
Fueron dos palabras.
Quisimos evitarlo, quizás disimularlo,
Éramos cobardes, solo dos cobardes.
Culpables e inocentes,
De sueños diferentes,
Que se perdonaban hasta la verdad.
Y tú jamás pensaste que me lo dirías,
Pero yo calle más de lo que debía.
Nos cegó la luz de aquel último día.
Fueron dos palabras,
Fueron dos palabras.
Y yo, que soy un perro que no tiene dueño,
Me escapé, corrí como un niño pequeño,
Recordé que a veces el mundo va en serio.
Fueron dos palabras,
Fueron dos palabras.
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